Читать книгу Fábulas cósicas онлайн
12 страница из 17
Piedra, furiosa, se fue por ahí a lloriquear. Aunque la mayoría de las piedras eran muy parecidas, ella se sentía diferente a todas.
Piedra siguió soñando, pasaba los días mirando al cielo y tratando de subir a cualquier lugar elevado para acercarse a su aspiración.
Este montón de grava llevaba una eternidad esperando en la cantera de áridos el día de su partida. Cuando los trabajadores acarrearon el material con sus palas y cestos todas las piedras se emocionaron, menos Piedra, que se resistió, escapando varias veces de ser llevada al carro. Su padre la confrontó:
–¿Qué pasa contigo, hija? Si fueras un diamante, un rubí, una esmeralda o al menos un cuarzo, podrías aspirar a ser una joya u otra cosa, pero nosotros somos piedras de construcción. Desde generaciones atrás nuestro destino está en ser camino y tú debes esperar tu turno para formar parte de él.
–Pero no quiero ser camino.
–¡Pero nada! Gracias a los caminos la prosperidad ha llegado a nuestra tierra. Su construcción se ha considerado uno de los primeros signos de civilización avanzada.