Читать книгу La educación digital en el ámbito universitario. Un enfoque 360 онлайн

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Si bien el concepto de brecha digital en un principio estaba más enfocado en la imposibilidad de acceso a infraestructuras de medios digitales –como ordenadores, internet, entre otros– (Norris, 2001), con la ampliación de la cobertura de señal móvil (GSM, 2G, 3G, 4G y 5G) y la paulatina reducción de precios de dispositivos como smartphones, tablets, phablets y laptops, el concepto ha evolucionado más allá de su idea inicial. Actualmente, si bien no es menos cierto que las infraestructuras digitales no llegan a todos por igual, sobre todo en ciertas regiones de países del tercer mundo –por brechas fundamentalmente económicas–, la brecha digital sigue presente en función de situaciones sociales, etarias y de conocimientos (van Dijk, 2006; Ragnedda y Muschert, 2013; Wihlborg y Engstrom, 2017). Pero más aún, hay que entender que la competencia digital no es estática, pues a medida que se desarrollan cambios en las TIC, también evolucionan las competencias necesarias para interactuar con ellas. En este sentido, quien tenía competencias digitales a principios de siglo, no necesariamente mantiene el mismo nivel de competencia digital en la actualidad. Según The Digital Competence Framework 2.0 (European Comission, 2019), las competencias digitales pueden sumarizarse en 5 áreas concretas:

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