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Asimismo, cabe subrayar –a los efectos que aquí interesan– algunos de los elementos o principio básicos del modelo de Gobernanza que se proponen, teniendo en cuenta la experiencia de algunos países comunitarios. En concreto, adaptando según nuestro parecer, los que guardan relación directa con la idea inicial que hemos avanzado: reforzar los mecanismos de colaboración entre las administraciones públicas a escala territorial y local, de modo que la definición de la estrategia nacional de descarbonización, su elaboración y seguimiento, sea fruto del acuerdo y del consenso de quienes han de implementarla. Ello al margen de las exigencias de participación de los diferentes sectores económicos y de la sociedad en general que, por otra parte, demanda e impone necesariamente aquel reglamento UE (procesos de consulta pública) y, de la conveniencia de tener en cuenta la perspectiva de cooperación regional con los Estados vecinos y las oportunas consultas que procedan.
En el seno de esa organización básica podría incluirse el informe previo vinculante o no del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) que debe elaborarse conforme al Reglamento UE, a fin de que “cumpla con estos principios y goce del mayor consenso y difusión”. Así como los diferentes instrumentos (estrategias, planes, programas) que deban adoptarse conforme a la futura LCCTE.