Читать книгу Mujer, inclusión social y Derechos Humanos. Reflexiones desde las ciencias sociales y jurídicas онлайн

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Por último, este acceso a la educación universitaria va a actuar también como motor de cambio de las relaciones entre géneros y de los roles asignados a la mujer. Son muchas las voces gitanas que vinculan educación con activismo, con empoderamiento, y con la reivindicación de los derechos de las mujeres. Como destacan estas voces, la educación superior no ha mermado su identidad como mujeres gitanas, sino que, por el contrario, les ha dado argumentos y recursos para defenderla con más fuerza y convencimiento, pero sin renunciar a mayores cuotas de libertad y mejores oportunidades en el mercado laboral (Arias Domínguez, 2013; Rojas, 2005; Serrano, 2018; Venzalá, 2018). Y es que, como señalan Ayuste y Payà,

La educación de las niñas gitanas es la mejor garantía para que puedan participar, en condiciones de igualdad, en la vida política, económica y cultural de las sociedades de las que forman parte, y para que puedan contribuir a edificar una sociedad cada vez más justa e inclusiva (Ayuste González & Payà Sánchez, 2004, p. 121).

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