Читать книгу Mujer, inclusión social y Derechos Humanos. Reflexiones desde las ciencias sociales y jurídicas онлайн
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Un dato a destacar es que la mayor parte de los gitanos universitarios son mujeres (García, 2015). Este dato es muy relevante, puesto que son ellas las que en mayor medida abandonan la escuela en la etapa de educación secundaria obligatoria. Sin embargo, las mujeres gitanas están viviendo una época de cambio decidido. Y este cambio pasa por la educación.
IV. MUJER Y EDUCACIÓN
Al analizar la problemática del fracaso escolar, las investigaciones han apuntado a la confluencia de una serie de factores, endógenos y exógenos, culturales y estructurales, que se retroalimentan e interaccionan unos con otros dando como resultado el retraso curricular y el abandono prematuro de los estudios (FSG, 2013; Gamella, 2011; Parra Toro et al., 2017; Ullán de la Rosa & García Andreu, 2021). Los estudios previos también han destacado marcadas diferencias de género en cuanto al abandono prematuro de los estudios (Abajo & Carrasco, 2004; Asensio Belenguer, 2011; FSG, 2006). Los estudios afirman que las chicas están mejor adaptadas a los ritmos, rutinas y hábitos escolares (Gamella, 2011, p. 128), y sin embargo, esa adaptación no impide que las chicas abandonen el sistema educativo en mayor proporción que sus compañeros varones. Los motivos son variados, aunque destacan principalmente dos. El primero de ellos es la desconfianza de las familias respecto a los centros de educación secundaria. El espacio del instituto se percibe como un lugar poco adecuado para sus hijos y especialmente para sus hijas. La imagen que se tiene es la de un centro poco regulado, en el que se dan comportamientos violentos, en el que circula la droga, y en el que el profesorado carece de la suficiente autoridad para controlar a los estudiantes (Ayuste González & Payà Sánchez, 2004; FSG, 2006). Como resultado de estos estereotipos, son muchas las niñas que dejan los estudios justo en el momento de pasar a secundaria.