Читать книгу Mujer, inclusión social y Derechos Humanos. Reflexiones desde las ciencias sociales y jurídicas онлайн
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Durante el curso 2018-2019 la Universidad de Alicante (UA) contaba con 25.500 estudiantes matriculados (datos ofrecidos por la UA, disponibles en https://utc.ua.es/es/datos/), de los cuales alrededor de 50 se autoidentificaban como gitanosssss1. Esto supone un 0.2% del total de matriculados, una cifra muy baja, sin duda, pero de enorme relevancia social y simbólica para la comunidad. Y es que el acceso a la educación universitaria sigue siendo muy minoritario entre los gitanos. Según el estudio de Laparra (2011), basado en diferentes estudios demográficos previos, solo entre el 0.3% y el 1.2% de la población gitana española posee estudios universitarios, frente al 22.3% del resto de la población. Estos datos se observan también en otros países europeos (Friedman & Garaz, 2013; Morley et al., 2020).
Pero algo está cambiando en la comunidad gitana, cuando diferentes estudios coinciden en destacar la progresiva incorporación de estudiantes a las universidades españolas (Camargo Porro, 2019; Goenechea Permisán et al., 2020; Padilla Carmona et al., 2017; Padilla-Carmona et al., 2020; Ribalaygue, 2016; Rigol, 2019; Rincón, 2013. El trabajo de Abajo y Carrasco (2004) ya señalaba a principios de los 2000 esa progresiva incorporación que los autores vinculaban con cambios acaecidos en la propia cultura gitanassss1, con una actitud más positiva hacia la educación, pero también a una mayor implicación por parte de las instituciones educativas y el gobierno español.