Читать книгу Mujer, inclusión social y Derechos Humanos. Reflexiones desde las ciencias sociales y jurídicas онлайн
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Yo tengo dos hijas, y me ha costado muchísimo… y [mi marido] tiene esa educación que le han inculcado sus padres que es de esa forma, que “ya hay que sacar a la niña cuando ya es mujer y no puede seguir estudiando por-que ya tiene que quedarse en casa haciendo las labores de…”. […] Entonces imagínate, yo estoy aquí en la universidad, y entonces mis suegros… no es que me critiquen… pero no ven normal el que yo esté aquí. […] Entonces el trabajo que yo he hecho con él… un trabajo de manera sutil, pero le he inculcado poco a poco que esto es bueno, tu hija el día de mañana tiene que tener algo. Sí quiero que se case y tenga su vida, pero también quiero que tenga algo, que no tenga que depender de nadie. (E2)
Yo creo que va habiendo cambios, que van viendo que tampoco es malo… Cómo te explico… Es como pensar que lo de ahí es malo, pero hasta que nadie entra y dice “no es malo, es bueno”, pues nadie se atreve, cuesta cambiar. Pero en el caso de las niñas sigue siendo más complicado. El otro día hablando del futuro con mi marido, le dije que quería que los niños estudiaran la universidad fuera, y su reacción fue decir que menos mal que no tenemos niñas, porque no les habría dejado. Y ya empezamos el debate de toda la vida. O sea, lo de siempre, si es niña menos. (E1)