Читать книгу Derecho de gracia y constitución. El indulto en el estado de derecho онлайн
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Siempre he pensado que el indulto es una institución jurídica útil, necesaria y, en muchas ocasiones, justificada.
Es útil para solucionar situaciones a las que se ha llegado, con respeto a la ley, pero que pueden parecer sorprendentes e inexplicables: ocurre cuando la aplicación de la ley penal resulta excesivamente severa y produce un resultado desproporcionado en relación con el hecho delictivo enjuiciado. Dura lex, sed lex, proclama uno de los principios generales del derecho romano con el que, ciertamente, se expresa un rasgo de lo que hoy conocemos como Estado de derecho. El indulto es, para estos supuestos, útil.
Es necesario para solventar situaciones indeseadas. Uno de los primeros encargos que recibí al comenzar a ejercer como abogado fue la defensa de un joven que cuando apenas superaba la mayoría de edad fue utilizado por unos traficantes para transportar un paquete de cocaína en su mochila a cambio de un exiguo óbolo. La instrucción fue compleja, se dilató en exceso y el señalamiento para el juicio llegó ocho años más tarde de la incoación de las diligencias penales. Durante aquel tiempo, mi joven cliente acabó sus estudios, encontró un trabajo estable, contrajo matrimonio y tuvo dos hijos. Llevaba una vida normal, socialmente integrado y rehabilitado y arrepentido por lo que él consideró un pecado de juventud inconsciente de la gravedad del hecho. Se aplicó la ley y fue condenado a varios años –no recuerdo cuantos– de prisión. Sed lex, dura lex! Me afané en conseguir el indulto. Apoyo de los conciudadanos de su pueblo, del alcalde, del cura, del presidente de la sociedad musical a la que pertenecía…informe favorable del fiscal y de la Audiencia. Aunque pasó algún tiempo en la cárcel, llegó el indulto, que fue necesario para no torcer la trayectoria de un individuo que el transcurso del tiempo lo había rehabilitado.