Читать книгу Violencia de género: retos pendientes y nuevos desafíos онлайн

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El que logra sus besos y no busca lo demás es un estúpido que merece perder lo poco que consiguió/La violencia les gusta a las jóvenes/Les gusta ser forzadas para dar lo que en realidad desean conceder/Aunque digan no querer violencia, la desean intensamentessss1.

La idea de la mujer como ser siempre complejo y contradictorio, con natural inclinación a la mentira y al engaño, que dice una cosa y piensa otra, es recurrente en la literatura y en los escritos de los filósofos. Engaña la mujer cuando finge la violación porque, se dice, es imposible introducir el sexo en un cuerpo en movimiento. En tiempo monárquico Lucrecia cedió a las pretensiones sexuales de Sexto Tarquinio quien desenvainó la espada: aurata vagina liberat ensem, (Ovid. Fasti,114, 2, 793.) y le hizo saber que, en caso de no acceder a sus pretensiones, la mataría y pondría junto a su cadáver el cuerpo de un esclavo desnudo para que todos la creyesen impúdica. Lucrecia no opuso resistencia por no poder soportar la vergüenza posterior a la violación. Se siente “la ramera de Sexto Tarquinio”, en palabras de Livio; se percibe sucia e incapaz de volver con su esposo Colatino. Su inocencia no la probó su testimonio, sino su suicidio.

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