Читать книгу Espiados. Un agente: Marcelo D'Alessio. Un juez: Alejo Ramos Padilla. El poder argentino, en jaque онлайн

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Luego del encuentro, el chacarero, agobiado por la situación y porque sabía que no tendría las respuestas que D’Alessio estaba esperando, apagó el celular. No estaba en las mejores condiciones físicas y debía calmar su estado de ánimo, meses atrás había sufrido un ACV. Recién el viernes 19 de enero encendió su iPhone y recibió un mensaje del espía por WhatsApp que le reclamaba U$9700. El monto era una multa que se le había generado por no haber tenido el dinero para Stornelli a tiempo. Según le detalló Marcelo Sebastián, el fiscal se iba a comprar una propiedad en Pinamar, más específicamente la casa de techo azul que está frente al balneario CR y que pertenecía al empresario Colella13 pero, al no tener los U$100 mil, el funcionario público se había ofuscado. La respuesta de Etchebest fue, por primera vez, afirmativa. Tenía en su poder U$9700 y decidió dárselos al espía. Ganó días de libertad.

El martes 23 de enero, cuando aún faltaban cinco días para que hiciera la denuncia en el Juzgado de Dolores, el hombre se reunió con Marcelo D’Alessio en calle Aimé Painé 1130 en Puerto Madero. El hotel Alvear Icon & Residence sirvió de escenario para la ocasión. Se encontraron en el luminoso lobby bar que queda en la planta baja del lugar y estuvieron una hora, tiempo suficiente para pagar la multa y acordar un segundo día de fianza. Es que, además de la mora ocasionada que abonó D’Alessio, el malentendido le generó nuevos gastos por U$5000. Al día siguiente se volvieron a encontrar en la confitería Selquet, de avenida Figueroa Alcorta y Pampa. El bar y restaurante ofrece los bosques de Palermo como paisaje predilecto.

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