Читать книгу Espiados. Un agente: Marcelo D'Alessio. Un juez: Alejo Ramos Padilla. El poder argentino, en jaque онлайн

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PE: ¡Vos ponete en mi lugar! Yo te la quiero pagar, ¡no es que no te la quiera pagar!, yo te estoy diciendo que esperamos, dame 24 horas...

MD: Si fueran 24 horas... No estoy seguro.

PE: ¡Pero no depende de mí!

MD: Entonces no me digas 24 horas si no depende de vos...

PD: Pero yo te la voy a dar... Voy ahora a Mar del Plata, a ver qué plata junto allá.

MD: Es que no confío que va a estar mañana.

PE: ¡Tenés que confiar en mí! (...)

Disconforme al no lograr su cometido, D’Alessio le recordó que estaba quedando mal parado con Carlos Ernesto Stornelli:

MD: ¡Me hacés quedar como el culo y yo nunca quedé como el culo! No es un pelotudo, ¿me seguís lo que te estoy diciendo? Es el fiscal número uno del país, y no voy a quedar como el orto.

PE: ¡Pero no vas a quedar mal!

MD: Ya falté a una fiesta que me había invitado, me hice el pelotudo... Bueno veré de verlo hoy.... ¿No querés que te lleve a Mar del Plata?

PE: No, voy yo en mi auto, me voy a instalar allá, y me quedo allá mañana (…)

MD: Ahora voy a hablar con Carlos, tranquilo. Voy a ver qué carajo le digo, dame 15 minutos, pero no me falles mañana.

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