Читать книгу Espiados. Un agente: Marcelo D'Alessio. Un juez: Alejo Ramos Padilla. El poder argentino, en jaque онлайн

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Sin embargo, durante la gestión del macrismo y con la explosión de la investigación en Dolores, el funcionario sufriría una mutación en su apodo; ahora sería conocido por ser “Extorsionelli”10.

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Matías Albano Etchebest Rodríguez también declaró que, luego de haber vislumbrado los relojes, el intendente salteño Gustavo Sáenz apareció en escena. Para no levantar sospechas, a las 11:40 de la mañana pidió otra agua con gas y un tostado. Satisfecho con la evidencia generada se fue del lugar. “Esta gente miraba para todos lados y éramos pocos los que nos hallábamos dentro de la confitería”11, confesó. Pidió la cuenta, pagó $270 y se retiró por una puerta trasera cercana al baño de hombres.

Tras declarar su hijo, Etchebest explicó que se ausentaría varios días por su “seguridad”, ya que el primero de febrero sería la fecha en que probablemente D’Alessio volviese a contactarlo. Aclaró que a través de su abogado y ahora querellante, Edgardo José Nigro, seguiría aportando nueva información de lo que aconteciera.

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