Читать книгу Espiados. Un agente: Marcelo D'Alessio. Un juez: Alejo Ramos Padilla. El poder argentino, en jaque онлайн

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Para llegar a ser el fiscal federal más importante de Argentina, Carlos Ernesto Stornelli formó una vasta trayectoria en la Justicia. En la década de los 90 al funcionario público lo bautizaron con un sobrenombre: “Stoberlli”. ¿Por qué? Porque antes de tener la resonante causa por contrabando de armas contra el entonces presidente Carlos Saúl Menem, el fiscal era estimado por esa casta política. Incluso ese espacio recordaba que en 1994 había sobreseído, de manera provisional, a Amira Yoma, excuñada y secretaria de Audiencias del entonces presidente Menem8. Pero luego la biblioteca jurídica de Stornelli tomó otro rumbo que lo llevó a dejar de ser tan amigo de ese poder.

Años más tarde, en 2007 se pidió licencia de la Fiscalía Federal N° 4, y juró como ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires. El gobernador bonaerense era nada más ni nada menos que su buen amigo Daniel Osvaldo Scioli. Estuvo tres años en el cargo. Cuando volvió a Comodoro Py, el epicentro de la justicia federal, Stornelli llevó adelante causas rimbombantes como el “Caso Skanska”, una investigación sobre una compañía sueca con sede en Argentina dedicada a la construcción de gran envergadura. La compañía reconoció haber pagado “comisiones indebidas”, coimas en el léxico callejero, a funcionarios cercanos al entonces ministro de Planificación Federal, Julio De Vido9.

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