Читать книгу Más allá de las caracolas онлайн

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Nina me había escuchado en silencio, dejándome hablar. Cuando terminé me miró con ternura, se inclinó sobre mí, me besó de nuevo y comenzó a acariciarme.

—Vale, he escuchado a los fantasmas asustados que has permitido que ocupen tu mente. Ahora escúchame a mí. Para empezar, no debemos hacer proyecciones de futuro, porque no sabemos si mañana o dentro de unos minutos estaremos vivas. Imagínate por un momento que dentro de unos segundos hay un seísmo y esta cueva se hunde en el océano con nosotras dentro. ¿Te arrepentirías de lo que acabamos de hacer? ¿Te arrepentirías de haberme amado?

—No, por supuesto que no —respondí besándola—, pero no es eso…

—Bien, me has argumentado tus miedos. Ahora te diré yo por qué no me importan en absoluto esos diecisiete años. Es más, adoro esa diferencia porque contemplo de otra manera el río de la vida. Es muy probable que si la diferencia entre nuestros nacimientos fuese otra, no exactamente esta, ni siquiera nos hubiéramos conocido. Para llegar a encontrarnos ha sido necesario un cúmulo de circunstancias que se han ido desarrollando en nuestras vidas, en una especie de sincronía que, finalmente, nos ha unido en el tiempo y en el espacio. Tener la edad que tienes ha hecho posible que te jubilases y, con ello, que pudieses hacer un viaje que hasta entonces no habías podido llevar a cabo. Pero, además, si hubieses nacido más tarde y hubieses hecho este mismo viaje es muy improbable que se hubieran dado las mismas circunstancias que te llevaron a la aldea. Pero aún voy más allá —continuó tras una pausa—. Aunque se hubieran dado, aunque tú, siendo más joven, hubieras recalado en este punto, estate completamente segura de que habría sido un lugar más, pero no habrías sentido esa llamada, ese imperativo deseo de cambiar tu vida y venirte a vivir aquí. Y aunque tú y yo nos hubiésemos encontrado, habría sido indiferente para ambas porque no era nuestro momento. Porque para que eso haya sido posible ha sido necesario que tú hayas vivido tu vida, con todas tus particularidades y tu edad como un detalle más. Todas esas circunstancias te han hecho evolucionar y llegar a un punto, vamos a llamarlo vibratorio, que nos ha permitido conectar, porque en el momento de nuestro encuentro ambas nos movíamos en una frecuencia energética similar o en la misma frecuencia de comunicación profunda, esa que apenas necesita palabras.

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