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10 de enero
Desaprender
“Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño” (1 Cor. 13:11).
Estoy aprendiendo a manejar por segunda vez. Aquí, en el Reino Unido, se conduce “al revés”, circulando por la izquierda. Poner los cambios con la mano izquierda me resulta rarísimo, porque soy diestra. Lo importante, me repito después de cada clase, es ser paciente hasta que mi cerebro desaprenda.
¡Desaprender puede ser todo un desafío! Cuando la teoría del famoso astrónomo polaco Nicolás Copérnico fue publicada, revolucionó a los científicos y teólogos de su época. Para aceptar la increíble idea de que la Tierra gira alrededor del Sol, y no a la inversa, ellos debían renunciar a doctrinas medievales e ideas aristotélicas. ¡Pero esto no era nada sencillo! De hecho, años después, cuando Galileo Galilei usó la teoría de Copérnico para demostrar el movimiento de los planetas, la Inquisición romana lo condenó por hereje.
Los teólogos de la Inquisición tomaron frases poéticas tales como: “El sol sale y el sol se pone” (Ecl. 1:5), como evidencia literal de que el Sol gira alrededor de la Tierra. Incapaces de ver su error interpretativo, concluyeron que Galileo era un hereje. Sería sencillo pensar que nosotros sí leemos la Biblia sin filtros culturales. Sin embargo, en mi experiencia, solo cuando nos exponemos a otra cultura nos damos cuenta de cuán condicionados estamos por la propia.