Читать книгу Sin miedos ni cadenas. Lecturas devocionales para damas онлайн

63 страница из 160

En su libro Extravagant Grace [Gracia extravagante], Barbara Duguid reflexiona: “Es posible odiar tu pecado y al mismo tiempo ser compasivo con tu propia debilidad. A veces actuamos como si solo existieran dos opciones: o bien odiamos nuestro pecado y nos castigamos por ello, o tomamos un descanso, lo que nos conduce al descuido y a pecar más. Hay otra opción. Al igual que el apóstol Pablo, podemos odiar nuestro pecado y planear no hacerlo, y sin embargo, entender y aceptar nuestra debilidad, abandonándonos a la misericordia de Dios”. ¡Estas son las extravagantes buenas noticias! Irónicamente, muchas veces no nos sentimos felices sino incómodas con la idea de recibir gracia, porque no queremos abandonarnos a su misericordia.

La realidad es que no puedes salvarte a ti misma, por mucho que te autoflageles con la culpa. Deja de resistir la gracia de Dios. “No podemos hacer nada, absolutamente nada, para ganar el favor divino”, escribe Elena de White, en Fe y obras. “Sin embargo, cuando vamos a Cristo como seres falibles y pecaminosos, podemos hallar descanso en su amor” (p. 38). ¡Abre tu corazón a su gracia!

Правообладателям