Читать книгу Sin miedos ni cadenas. Lecturas devocionales para damas онлайн

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Hoy sentí la marea subir hasta mi nariz. Entonces el Espíritu Santo me susurró al oído: “El amor de Jesús es suficiente”. Al repetir esa frase en mi corazón, una y otra vez, vi la marea ceder y retirarse.

¿Alguna vez te preguntaste qué habría sucedido si Judas Iscariote hubiese aceptado el perdón de Jesús? Tal vez, como Pedro, se hubiera convertido en un pilar de la iglesia primitiva. Pero lo que Judas sintió fue culpa, no arrepentimiento. Esto lo sabemos por los resultados. El arrepentimiento nos acerca a Dios, el sentimiento de culpa, no. Como él mismo no podía solucionar la situación, se sintió humillado. La culpa, cual boa constrictora, se enroscó en su cuello y susurró: “No hay salida. Todo está perdido”. Hasta que Judas se ahorcó. Dependemos de Jesús para todo. Cuando la marea suba, digamos con humildad: “El amor de Jesús es suficiente”.

Jesús, gracias porque tu amor siempre es suficiente. Nada puede separarme de tu amor: ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni demonios, ni los temores de hoy o las preocupaciones de mañana. Ni siquiera los mismos poderes del infierno pueden separarnos. Gracias porque ya no tengo que escuchar a las voces que me acusan. Tú no me condenas, sino que me das verdadero arrepentimiento. Tu amor es suficiente.

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