Читать книгу Sin miedos ni cadenas. Lecturas devocionales para damas онлайн

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Cierto día nos juntamos con un grupo de amigas a disfrutar del sol y a comer torta de limón. Reímos y charlamos en el jardín de la casa de una amiga, mientras que una antorcha con aceite de citronela intentaba espantar a las hormigas voladoras. De pronto, la conversación se tornó más profunda. Una de mis amigas reflexionó acerca de cuán triste es que, como mujeres, tengamos una tendencia a compararnos, en lugar de apoyarnos las unas a las otras. Ella dijo que le llevó años encontrar buenas amigas con las cuales pudiera bajar la guardia y sentirse valorada. ¡Años! ¿Por qué actuamos así? “Lamentablemente, vivimos en un mundo donde las mujeres reciben mensajes que dicen: No eres valiosa; No eres lo suficientemente inteligente para este trabajo; no eres lo suficientemente delgada como para usar esos jeans…”, escribe Natasha Robinson en su artículo “God Calls All Women: But We Don’t All Have the Same Calling”, “y cuando nos sentimos inseguras o inadecuadas, es fácil rechazar o degradar a otras mujeres que tienen más confianza que nosotras. […] De alguna manera, ese rechazo nos hace sentir mejores y más cómodas con nosotras mismas, aunque solo sea por un momento”.

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