Читать книгу Jesús, el Hijo de Dios. Explorando la identidad divina de Cristo онлайн
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y su ira con abominaciones.
Sacrificaron a los demonios, y no a Dios;
a dioses que no habían conocido,
a nuevos dioses venidos de cerca,
que no habían temido vuestros padres.
De la Roca que te creó te olvidaste;
te has olvidado de Dios, tu creador”
(Deut. 32:6, 16-18).
Moisés le dice a Israel:
Dios es “tu Padre”.
Dios te “engendró”.
Dios te dio el ser.
Ahora, con Israel asumiendo el papel de hijo unigénito de Dios entre las naciones, Dios asume a su vez el papel de Padre de Israel. Por primera vez en el relato bíblico, Dios emplea ahora el lenguaje del parto, del nacimiento. Él “engendró” a Israel como su pueblo escogido entre las naciones. Israel, como hijo unigénito de Dios entre las naciones, es castigado por haber “olvidado al Dios que lo engendró”, una paternidad y un nacimiento que ocurrieron cuando Dios liberó a Israel de la esclavitud en Egipto. Al volverse hacia los “dioses” de otras naciones, Israel estaba negando al Dios que lo engendró. Como Dios diría más adelante por medio de Jeremías, “yo soy el padre de Israel, y Efraín es mi primogénito” (Jer. 31:9). Las otras naciones están bajo la autoridad de sus dioses y demonios (Deut. 32:17), pero Israel es el pueblo escogido de Dios, llamado de entre las naciones para ser el hijo unigénito de Dios, por quien todas las otras naciones serán bendecidas.