Читать книгу Un domingo cualquiera онлайн

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La razón conceptual sería evitar que estos hallazgos fueran liderados por el mundo científico e integrados por los hombres lejanos de la fe; que no creen en el Dios, rector del universo.

Consideran tanto sigilo para evitar una analogía con las Cruzadas de la Fe, puesto que se develaría, en su logro, como una conquista planetaria de la mano de Dios.

La circunstancia, entonces, es que Pedro manejó dineros que quedarían fuertemente cuestionados y, desde luego, suspendidos; quedando, esta, como una operación del diablo que no cumple con los conceptos esenciales del mensaje evangélico.

En lo que concierne a Pedro, estas infracciones delictuales lo someterán a juicio y probablemente también a los procesos del Vaticano.

En su país, Chile, pringa a toda la familia y arrastra al presidente de la Republica.

La extraviada hermana Teresa se le plegó, desplazando inesperadamente a su madre al bando de Carlos, porque el orgullo de un hijo en el poder neutraliza el amor incondicional por su retoño. Y Pedro lo presintió al ver a su hermana vestida de color purpura y a su madre de negro y con velo, al igual que Blanca.

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