Читать книгу Sobre hombros de gigantes онлайн
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Lamentablemente la historia de Felipe no tendría un final feliz.
en busca de un donante
Ilan llegó a mi servicio anunciado por una reunión médico familiar a la que fui llamado. En la oficina de un colega y buen amigo de una clínica de Santiago nos encontramos él, sus abuelos y yo. Los padres, Jessica y Gianfranco, estaban de vacaciones fuera del país e intentaban conseguir el primer vuelo que los trajera de vuelta a Chile. El motivo de todo: después de varios días en que su abuela notaba que su nieto no estaba bien y el pediatra descubrió moretones sospechosos en su cuerpo, la guagua de nueve meses había sido diagnosticada de leucemia mieloide aguda y querían conocer mi opinión. El diagnóstico estaba claro, pero aún faltaban estudios para detectar o descartar alteraciones genéticas que podrían tener las células leucémicas que cambiarían el pronóstico y también el tratamiento. De todos modos había que iniciar quimioterapia, ver cómo respondía, confirmar que no hubiera marcadores genéticos de mal pronóstico y seguir con el tratamiento. Sin embargo, si cualquiera de los malos presagios se daba, tendríamos que pensar en trasplantarlo. Y ahí comenzaba la dificultad: Ilan era hijo único y, en 1992, no teníamos en Chile acceso a donantes que no fueran familiares. El sueño de los registros de donantes y bancos de sangre de cordón umbilical, todavía era lejano y si él necesitaba un trasplante, no tenía opción.