Читать книгу Un rayito de luz para cada día онлайн

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Un hombre tenía que hacer un pequeño viaje, pero como no tenía auto, se dispuso a caminar. En su caminata se encontró con muchas curvas y pequeñas colinas rocosas. De pronto, un grupo de hombres salió a su encuentro. Se llevaron todas sus pertenencias, le arrancaron la ropa y lo dejaron golpeado a un lado del camino.

No pasó mucho tiempo hasta que, por el mismo camino, apareció un hombre que cumplía servicios religiosos. Vio al hombre tendido en el suelo y aceleró sus pasos, haciendo la vista gorda. ¿Puedes creerlo? En vez de correr a ayudar al hombre herido, se cruzó a la otra orilla del camino y pasó de largo, actuando como si no hubiera visto nada.

Una hora más tarde, otro hombre, que venía de la iglesia, se encontró con la misma escena y, ¿sabes qué hizo? Caminó más despacio en dirección al herido; pero al verlo, en vez de ayudarlo, movió la cabeza, se dio la media vuelta y salió disparado dejando una nube de polvo en el camino.

¿Cómo puede ser que ninguno lo ayudó? Quizás ese hombre no hablaba el mismo idioma y no lo entendían, o sería de otro lugar, tal vez de otra religión, o acaso no les gustó su color de piel... Pero, ¿crees que estas sean buenas razones para ignorar a alguien que necesita ayuda?

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