Читать книгу Un rayito de luz para cada día онлайн

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Este juego me recuerda a los amigos de un hombre que también quedó paralizado, pero no por un juego. Su enfermedad era el resultado de las malas decisiones que tomó en la vida. No podía pararse ni caminar. Estaba realmente “inmóvil”. Los médicos lo diagnosticaron paralítico incurable. Había perdido toda esperanza, y eso lo estaba llevando a la muerte.

Qué escena tan triste, ¿verdad? A este pobre hombre todo parecía haberle salido mal en la vida. En medio de su desesperación, un día escuchó de alguien que podía sanarlo. Eso le dio una pizca de esperanza, pero ¿cómo iría si estaba inmóvil sin poder mover ni un dedo del pie?

No todo estaba perdido. Este hombre tenía una de las bendiciones más grandes que una persona puede tener en la vida: amigos, que aparecieron en el momento justo. ¡No había tiempo que perder! Los cuatro amigos cargaron la camilla y salieron en busca de la única persona que podía sanar a su amigo enfermo. Al llegar encontraron tanta gente que no quedaba ni un solo espacio por donde pasar. Una y otra vez intentaron abrirse camino entre la gente, pero fue en vano. El enfermo miraba con angustia, mas el esfuerzo que hacían sus amigos lo llenaba de esperanza.

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