Читать книгу Un rayito de luz para cada día онлайн

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Me encanta repasar la historia de Ana, una mujer angustiada por no poder tener un bebé. En la época en la que Ana vivía, tener hijos era el orgullo de una mujer, su corona de gloria. Y mientras más hijos tenía, más honrada era en la sociedad. Y Ana no solo no tenía esa honra, sino además se sumaba que la otra esposa de Elcana se burlaba de ella y la menospreciaba por eso. Se convirtió para ella en una carga demasiado pesada de llevar. Fue así, con esa carga en el corazón, que Ana se dirigió al templo a orar a Dios.

¡Y acá viene mi parte favorita! Luego de una larga oración, donde le contó todo lo que sentía y pidió que le diera un bebé, la Biblia nos cuenta cuál fue la actitud de ella cuando terminó de orar. Es el versículo de hoy. Vuelve a leerlo. Aunque Ana seguía teniendo motivos para estar triste, y aunque no había escuchado de parte de Dios una respuesta inmediata, ella decidió confiar, “y no estuvo más triste”.

Gabriela

22 de enero


Papá vendrá a buscarnos

“No se preocupen. Confíen en Dios y confíen también en mí. En la casa de mi Padre hay lugar para todos. Si no fuera cierto, no les habría dicho que voy allá a prepararles un lugar. Después de esto, volveré para llevarlos conmigo. Así estaremos juntos” (Juan 14:1-3, TLA).

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