Читать книгу Un rayito de luz para cada día онлайн
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La espera se hacía muy larga porque extrañábamos mucho a papá. Todos los días al levantarnos y acostarnos preguntábamos a mamá: “¿Cuándo regresa papá?” Ella siempre nos respondía con amor: “No se preocupen, papá está buscando una linda casa y cuando la haya encontrado vendrá a buscarnos como lo prometió”. Un día papá tomó el avión de regreso y, con los brazos abiertos, corrimos para encontrarnos con él. Él cumplió su promesa y vino a buscarnos para llevarnos a nuestra nueva casa y estar todos juntos nuevamente.
Magaly
23 de enero
Caer de espaldas
“Cuando siento miedo, pongo en ti mi confianza” (Salmo 56:3, NVI).
Recuerdo un pícnic en la playa con varias familias que organizó la iglesia donde asistíamos. Los niños jugamos mucho con las olas, las mujeres charlaron y los hombres organizaron sus juegos deportivos.
Pero lo que me impresionó ese día fue uno de los juegos de varones, que consistía en hacer una ronda y poner una persona en el medio. La persona del medio se tenía que dejar caer de espaldas y quien estaba detrás de él en la ronda lo tenía que sostener y luego pasarlo al compañero de al lado. Y así, hacían “girar” como aguja de reloj al del medio.