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El mensaje de Dios por medio de Isaías es también relevante hoy. Nos recuerda que, aunque por momentos este mundo parezca fuera de control, Dios continúa siendo el Soberano del universo. No confundamos su silencio con indiferencia porque, al igual que “las estrellas en la vasta órbita de su derrotero señalado, los propósitos de Dios no conocen premura ni demora” (El Deseado de todas las gentes, p. 23).

Por otra parte, si ahora mismo estás padeciendo bajo el peso de tus cargas, recuerda que en el momento oportuno Aquel que pareció demorar cuando Lázaro enfermó gravemente, acudirá en tu ayuda, y al final te dará más de lo que alguna vez pudiste imaginar. Mientras tanto, ¡sigue confiando en Dios! Como bien lo dice el himno: “Nunca desmayes, que en el afán Dios cuidará de ti”.

Padre celestial, ¡cuán reconfortante es saber que tus propósitos no conocen premura ni demora! Ayúdame a creer hoy y siempre que, además de velar mis pisadas, también tus planes se cumplirán oportunamente en mi vida.

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