Читать книгу Micky Ondas, un goleador de otro planeta онлайн

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Fue hacia donde Maite le indicó; mientras abría la puerta y la sacaba activó sus archivos mentales: “Andar en bicicleta”. No sintió nada en particular así que por un momento dudó de que realmente tuviera activada esa función.

“Funcionará”, le susurró Juan el asistente, “pero, por las dudas, leeré algunos manuales que tengo en mis registros; buscaré la respuesta y regresaré para ayudarte”.

El chico se subió al vehículo y en el acto sacó cálculos físico-matemáticos relacionados con el equilibrio que le permitieron andar fácilmente.


Y pedaleando detrás de Maite, fueron hacia el club por un camino que Micky no había visto todavía.


El pelotazo

A los pocos minutos de andar, Maite y Micky llegaron a un amplio lugar abierto que en la entrada tenía un cartel que indicaba “Club Atlético Quo Vadis”. Ingresaron al lugar mientras la voz de Juan el asistente murmuraba: “A ver, capítulo 267: Cómo andar en bicicleta; no, aquí no está…”.

Mientras estacionaban las bicicletas, Maite le dijo a Micky:

–Yo voy al sector de natación, tú puedes venir conmigo o hacer nuevos amigos. Cuando termine nos encontramos y nos volvemos juntos, ¿te parece? –y salió corriendo sin esperar respuesta.

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