Читать книгу Ni una boda más онлайн
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Decir que Lexi estaba acostumbrada a hacer de anfitriona era quedarse corto. Solía dejarla ser, pero si los cachorros se quedaban mucho tiempo solos destruirían la casa.
–Saqué carne seca y un paquete de cervezas, ¿no?
–Creo que acabamos de elegir el menú de la boda –dijo Addie–. Carne seca y cerveza para todos.
–Oye, oye –Ford le dio una mordida al extremo de carne seca de Addie, y luego ambos dieron mordiscos gigantes.
A juzgar por la expresión de desprecio en la cara de Lexi, los dos terminarían en la casa del perro.
–La próxima reunión la haremos en tu casa –dijo Ford en tono apaciguador.
–Sé que es abrumador, pero estoy aquí para ayudar –Lexi se inclinó sobre la mesa de café y pasó a una página marcada como “Paleta de color”–. Una vez que escojamos cuáles son tus colores y fijemos otros detalles importantes, el resto será muy sencillo.
–Lo único que quiero es que no sea rojo carmesí –atajó Addie–. Sin ofender –añadió porque sabía que ese color había sido uno de los favoritos de Shep en su boda–. Pero trabajo para la universidad de Auburn y sería vergonzoso que en mi boda los entrenadores se pregunten si soy una traidora por usar los colores de la competencia.