Читать книгу Ni una boda más онлайн

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El problema era que no quería nunca más tener que cargar en su consciencia con otro “¿y si…?”.

Cuando Ford escuchó el pitido en su beeper, se puso de pie y tomó su radio de encima de la chimenea. Presionó el botón y escuchó el mensaje. Había humo en la Pastelería Maisy.

–Es un incendio.

Aunque en todo el condado había varios paramédicos, en la ciudad eran pocos los bomberos voluntarios. Fue casi un alivio tener una razón válida para atender la llamada sin tener que dar explicaciones de cómo había pasado la noche. Lexi y Addie asintieron con la cabeza.

El botón de encendido crujió cuando Ford prendió la radio.

–Estoy respondiendo a la situación en la Pastelería Maisy.

–Recibido –repuso el de la base–. La persona que llamó dijo que no hay mucho humo, pero prefiere pecar de precavida. Darius está cerca de la estación y va a llevar el camión, por si acaso.

Las llaves de Ford tintinearon cuando las tomó de la repisa de la chimenea mientras Pyro se ponía a su lado, listo para entrar en acción.

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