Читать книгу Lecciones sobre la Analítica de lo sublime: (Kant, Crítica de la facultad de juzgar, § 23-29) онлайн

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Conocemos la discusión que provoca la interpretación que se ha dado de este sentido común. Intentaré mostrar que consiste, por su ratio essendi, no en el asentimiento que los individuos empíricos se dan unos a otros a propósito de la belleza de un objeto, sino –en tanto que vuelve posible a priori el sentimiento de placer estético– en el punto de unión en que las dos «voces» de las facultades se encuentran: «acuerdo proporcionado, proportionnierte Stimmung» (62; 58), «acuerdo, Stimmung», «proporción, Proportion» donde su «relación, Verhältnis», es «la más apropiada, zuträglichste» (79; 80). Este argumento será desarrollado después (8). Me conformo simplemente con apoyarlo en este pasaje del parágrafo 31: «Si entonces esta universalidad [del gusto] no puede estar fundada en la reunión de votos, la Stimmensammlung, la recolección de las voces, y tampoco sobre una encuesta hecha a otros para conocer su manera de sentir, sino que debe fundarse por así decirlo en una autonomía del sujeto que juzga del sentimiento de placer (en cuanto a la representación dada), es decir descansar en su gusto propio, sin deber ser derivado de conceptos… [etc.]» (116-117 t.m.; 130). Plantear el problema de la universalidad del gusto en estos términos, en este texto, entre otros, debería bastar para desanimar una lectura sociologizante o antropologista del sentido común estético, como incluso otros pasajes de la tercera Crítica que parecían prestarse a eso (127; 144-145). Pienso en particular en la lectura de Hanna Arendt, pero ella no es la única. La «autonomía del sujeto» invocada aquí por Kant no puede ser otra cosa que lo que llamo la tautegoría reflexionante. Ella nos vuelve a conducir a nuestro problema, el del tiempo estético.

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