Читать книгу Lecciones sobre la Analítica de lo sublime: (Kant, Crítica de la facultad de juzgar, § 23-29) онлайн
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Es reflexionante, en consecuencia, singular o particular, pero consta de una doble pretensión a lo universal y a lo necesario. ¿Es ella legítima? Lo es bajo la condición de un principio que la autoriza. Evidentemente, este principio es «subjetivo». Él «determina sólo por sentimiento y no por concepto, welches nur durch Gefühl und nicht durch Begriffe… bestimme» (78; 79). Él se formula: debe haber un «Gemeinsinn», un «sentido común». Este sentido no es de ninguna manera un «sentido externo» (alusión, quizá, al cálculo de un sexto sentido, estético, hecho por Dubos y por Hutcheson), sino «el efecto resultante del libre juego de las facultades de conocer» (78; 80). Es el mismo principio que ha sido presupuesto, en el parágrafo 8, bajo el nombre de «voz universal, die allgemeine Stimme» (60; 54). Este término es raro, si no único, en el texto de la tercera Crítica. Stimme dice incluso una cosa totalmente distinta que la francesa voix [voz], ya que evoca tanto el acuerdo de las voces y el ambiente de un alma (Stimmung) como el bosquejo de su determinación en tanto que destino (Bestimmung). El término conduce directamente al análisis del Gemeinsinn. Lo que se acuerda, en este, son las voces del entendimiento y de la imaginación, por tanto de las facultades de conocer, pero precisamente «antes» que ellas operen de manera determinante, tomadas sólo en sus disposiciones respectivas, una para concebir, otra para presentar.