Читать книгу Lecciones sobre la Analítica de lo sublime: (Kant, Crítica de la facultad de juzgar, § 23-29) онлайн
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Al preguntar ahora si el sujeto de lo sublime es el mismo que el de lo bello, la pregunta no tiene ningún sentido. Como del gusto, no hay ya sujeto del sentimiento sublime, como síntesis, como contenedor, o como cómplice. Que sea subjetivo el sentimiento sublime significa que es un juicio reflexionante y que a este título no tenga ninguna pretensión de objetividad de un juicio determinante. Es subjetivo en lo que él juzga según y del estado del sentimiento, de manera tautegórica. Como para el gusto, la filtración del análisis de este juicio estético a través de las categorías permitirá determinar una concepción de este «estado». El procedimiento revelará cuán precaria es la unidad de las facultades, perdida casi –y he ahí el componente de angustia de este sentimiento. La «aptitud» para las Ideas de la razón debe ser desarrollada para que la perspectiva de una unidad resurja del desastre y que, simplemente, sea posible el sentimiento sublime. Es su componente de elevación, lo que lo asemeja al respeto moral. El gusto promete a cada uno la felicidad de una unidad subjetiva cumplida, mientras lo sublime anuncia a algunos una unidad distinta, menos completa, en alguna medida naufragada y más «noble, edel» (109; 120). Recordando los diversos predicados, no se hace sino pintar tonos, matices de sentimiento; no construimos un sujeto. El sentimiento estético en la singularidad de su ocurrencia es lo subjetivo puro del pensamiento, es decir el juicio reflexionante mismo.