Читать книгу Lecciones sobre la Analítica de lo sublime: (Kant, Crítica de la facultad de juzgar, § 23-29) онлайн

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El problema atañe a una domiciliación de las síntesis. No toda síntesis es un hecho del entendimiento. ¿Pero cómo lo sabemos? Habría que disponer de una «tópica» que no sólo distinguiera por adelantado los «lugares» (ibid., 236; 315) según los cuales las síntesis pueden tener «lugar», precisamente, sino también las condiciones en que la aplicación de estas síntesis es legítima y aquellas en que no lo es. La «tópica lógica» (ibid., 236; 316), cuya fuente es Aristóteles, distinguía los diversos «títulos» (ibid., 236-237; 315-316) bajo los cuales una pluralidad de representaciones dadas puede ser reunida. Pero esta determinación depende de una «doctrina, eine Lehre» (ibid., 236; 315), que ya identifica estos títulos con categorías lógicas como si toda síntesis fuera legítima desde el momento en que ella obedece a una regla del entendimiento, error que perpetuará el intelectualismo.

El problema previo a una tópica lógica es entonces: ¿cómo se determina el uso de estos «títulos»? ¿En qué difieren de las categorías? Es el problema de la «tópica trascendental». No prejuzga lo que los títulos que distingue son aplicables a las cosas mismas. Lo que allí se presenta es sólo «la comparación de las representaciones que preceden el concepto de las cosas» (ibid., 237; 316). Estos «títulos» reagrupan maneras espontáneas de sintetizar datos. Podríamos decir que responden todos a la pregunta: ¿en qué eso (esto dado) hace pensar? Entonces, son siempre comparaciones. Pero podemos comparar de acuerdo con varios títulos. Kant cuenta así cuatro maneras de comparar, cuatro títulos, que discute en la primera parte del Apéndice: identidad/diversidad (Verschiedenheit), concordancia/oposición (Widerstreit), interno/externo y determinable (o materia)/determinación (o forma).

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