Читать книгу Lecciones sobre la Analítica de lo sublime: (Kant, Crítica de la facultad de juzgar, § 23-29) онлайн
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Sin embargo, el problema planteado en estas condiciones por la apariencia y la ilusión a la dialéctica trascendental no puede ser, si no resuelto, menos elaborado sólo por el trabajo reflexivo. Meditando sobre la noción de apariencia, y tomando por modelo la apariencia sensorial, Kant asimila el juicio erróneo que ella contiene a una «diagonal», «la diagonal entre dos fuerzas que determinan el juicio siguiendo dos direcciones diferentes que forman juntas como un ángulo» (ibid., 252; 355). Descomponer este efecto complejo en los efectos respectivamente propios de dos fuerzas en juego, la sensibilidad y el entendimiento, lo que permitirá disipar la ilusión, es lo que debe hacer «en el juicio a priori [y no ya en los juicios perceptivos empíricos] la reflexión trascendental» (ibid). Su función, entonces recordada, («como se lo ha mostrado ya» (ibid.), es decir en el Apéndice, es la de «asignar a cada representación su lugar en la facultad de conocimiento que le corresponde» (ibid.). Así, la pesada tarea, la tarea infinita, de distinguir las síntesis especulativas de las síntesis cognitivas, que es uno de los compromisos mayores de la Dialéctica de la primera Crítica, también pertenece a la reflexión.