Читать книгу Lecciones sobre la Analítica de lo sublime: (Kant, Crítica de la facultad de juzgar, § 23-29) онлайн
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Cuando se trata de juicios estéticos, que no son sino sensaciones consideradas como juicios, y que exigen ser analizadas como tales, exclusivamente, la función tautegórica de la reflexión debe, al contrario, prevalecer sobre su función heurística, pues aquí la sensación no conduce, ni tiene que conducir, a ninguna otra cosa que a sí misma. En particular, no «prepara» el pensamiento para ningún conocimiento posible. Los lugares de legitimidad que descubre deben seguir siendo sus lugares, en consecuencia, nada más que los «títulos» bajo los cuales el pensamiento siente la comparabilidad de los datos. Y si es verdad que estos «títulos», tales como los cuenta y los examina el Apéndice de la primera Crítica, están todavía demasiado afiliados o conectados a las categorías del entendimiento, la crítica debería aquí desembarazarse de esta sujeción y remitir eso a la reflexión puramente tautegórica, tal como lo obliga el puro juicio estético, con cuidado de domiciliar como conviene los «títulos» del pensamiento reflexionante reducido a sí mismo, es decir a la sensación. Pues la sensación es por sí misma el todo del gusto y del sentimiento sublime, desde el punto de vista de las facultades del alma.