Читать книгу Norah онлайн

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A lo lejos ya se veía su casa. La luna la dibujaba con haces blancos que hacían que pareciera estar encantada. No había ninguna luz dentro salvo un pequeño destello anaranjado que salía de la ventana de la cocina. Norah desvió al caballo por un pequeño sendero que iba hacia la parte de atrás de la casa donde estaba el establo. Desmontó a Altai y abrió la puerta. Todos los animales dormían. El caballo que estaba con Altai por la mañana levantó la cabeza en su cuadra.

— Buenas noches Ytana. – dijo en bajo Norah.

La yegua pareció molesta por haberla despertado. Resopló y se dio la vuelta para volver a dormir. Norah sonrió y le quitó el bocado a Altai, que se acercó a beber agua al abrevadero que había al lado de su cuadra. La chica aprovechó para quitarle la silla que apoyó en un tronco y colgó el bocado al lado. Cuando el caballo sació su sed entró en su cuadra y espero a Norah, que estaba cerrando la puerta del establo. Luego se acercó a Altai y lo acarició. Cerró su puerta y subió las escaleras hacia la casa. Estaba agotada.

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