Читать книгу ¿A dónde van las estrellas cuando mueren? онлайн

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Me temo que ahora estoy obligado a contar por qué esto es así, y es que la maldición más grande de los adultos es que uno puede ponerse a estudiar un pez con tanto detalle en alguno de sus laboratorios que se olvida de que lo que está viendo es un animalito que juega dentro del mar entre colores de arrecifes de coral. El olvido es ese triste castigo que se nos puso hace mucho tiempo por querer crecer demasiado rápido, en todos los sentidos que uno pueda imaginar. Por ejemplo, de tanta prisa y desencanto, las personas, los animales y todas las cosas, hemos olvidado que una vez, hace mucho tiempo, vivíamos juntos dentro de una misma estrella. Y es que en toda buena aventura que se haya relatado, los protagonistas siempre acaban olvidando su vida anterior de una u otra manera. Esto es importante, pero me estoy adelantando…


Así que al igual que al que estudia los peces se le llama biólogo marino, al que estudia las estrellas se le llama astrofísico; y pensándolo bien, eso de las caras raras no es tanto de extrañar: imagina que alguien se te acerca y te dice que su trabajo es estudiar las estrellas. ¡Estudiar las estrellas! En verdad, es de locos.

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