Читать книгу Desconocida Buenos Aires. Pulperías y bodegones онлайн

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¿Por qué construir una pulpería en este siglo y en una ciudad tan dinámica como Campana? “Antes que nada, por mi pasión tradicionalista y militancia de estirpe gaucha”, afirma Fernández. Razones suficientes. “La pulpería es la identidad nacional, y nos debe regir”, sostiene. Sus ideales son claros y los materializa en su pulpería. Es un lugar ameno, muy cómodo y amigo. En cada pequeño detalle se evidencia el profundo amor por las pulperías y las cosas camperas. Algunos indicios se ven en la impecable colección. Los tanteadores de bocha del aperitivo Lusera, que fue el primero nacional, y que estaba presente en todas las pulperías. Las botellas de aperitivo Marcela, una foto de la pulpería La Azulada, histórica de la zona de Campana.

“Es un ámbito distinto”, aclara sobre por qué las pulperías continúan generando interés. “Tiene que ver con haber oído historias de los mayores que las frecuentaban, y su posterior desaparición”, afirma Fernández. “Generan curiosidad”, agrega. Este melancólico artilugio que provoca el freno del tiempo. “Los turistas vienen en búsqueda de un pasado argentino y del saber de ese gaucho que José Hernández con su Martín Fierro diseminó por el mundo”, afirma el pulpero.

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