Читать книгу Un despropósito ecuatorial. Volumen I онлайн

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Ballano llama la atención acerca de que la historiografía de Guinea está llena de errores, exageraciones, ocultaciones y tópicos.103 Creo que es una pulla dirigida a Gustau Nerín, pero probablemente sea cierto. Juan Valbuena por su parte menciona un libro de 1924 que tiene un título precioso y parece ahondar en la misma idea: Estupendos misterios de la Guinea casi española.104 Fue escrito por un tal Eladio Antonio Rebollo. Lo que sería estupendo es encontrarlo.105

En 1904 inauguraron el primer cine. Tres años después el nombre guardia colonial. Todos los domingos (y fiestas de guardar -¿qué se guardaba?-) obligaban a izar la bandera y a dar un viva a España y otro al rey. Un motivo más, supongo, para que Tray acabara mandándola arrancar a la fuerza.

Aquel año de 1907 se aprobaba también un reglamento de enseñanza bastante progresista. Y otro sobre armas. Se prohibió además la venta de alcohol -prohibición que no fue cumplida nunca-. Hay quien sostiene que la ingesta de alcohol industrial provocó más muertes entre los nativos que la guardia colonial. También ese año se autorizó a los jefes de poblado a mediar en los pleitos (arreglar palabra es la bonita expresión que se utiliza en Guinea), algo que tradicionalmente siempre habían venido haciendo. Eso daría pie a un debate imprescindible sobre quién y por qué es el que está legitimado para habilitar -qué significará habilitar- a otro el poder de hacer algo.

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