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Poco después, ya en 1915, otro guardia llamado Jenaro Geijo publicaba en Gijón (en la imprenta El Noroeste) su libro La Guinea Española y la guardia colonial. El tercero llegará unos años más tarde de la mano de Francisco Soriano Frade, Memorias de un teniente de la guardia colonial en Guinea.108

Curioso y ejemplar. Los guardias ilustrados.

En aquellas circunstancias los prestamistas -catalanes muchos de ellos, y no es un tópico- hacían un buen negocio. Y es que la colonia no contó con un banco hasta entrados los años 30. Los trabajadores se veían casi siempre obligados a comprar a crédito en la tienda del patrono. Mientras tanto los fang utilizaban entre ellos, como moneda, unas puntas de lanza a las que llamaban bikueles (de ahí proviene el nombre de la moneda que sustituirá a la peseta hasta que Guinea Ecuatorial se incorpore al franco CEFA -otra herencia del colonialismo, en este caso francés-).

En 1914 los claretianos inauguraron el seminario de Banapá, por el que van a pasar los primeros nacionalistas (sucederá un poco como con la Casa dos Estudantes do Império en Lisboa, donde se conocieron -y comenzaron a enredar- los fundadores de los diversos movimientos de liberación que más tarde le harían la guerra a Portugal).

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