Читать книгу Un despropósito ecuatorial. Volumen I онлайн

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En resumen, el primer intento de colonización había sido un fracaso. En cuanto a los bubis, quemaron -claro- la fortaleza en cuanto tuvieron oportunidad.

Iban a pasar más de 70 años antes de que España volviera a intentarlo. En la siguiente ocasión el encargo recayó en un marino de Cádiz, Juan José Lerena y Barry.

Lerena zarpó de Ferrol y llegó a Fernando Poo el 23-F. De 1843. Los reyes habían cambiado y cuando habló de soberanía lo hizo ya en nombre de Isabel II (ésa es la razón por la que a la ciudad que hoy es Malabo se la llamó Santa Isabel).

Segundo round

Dice el dicho popular el que se fue a Sevilla perdió su silla. En Guinea Ecuatorial se cumplió. En cuanto España se retiró a Sevilla, Inglaterra -con quien, ya vimos, andaba a bofetadas por el control de los mares- ocupó lógicamente la isla. Un capitán llamado Owen fundó en 1827 Clarence City -o Port Clarence, dependiendo dónde uno lo mire- en el lugar que Lerena iba a llamar Santa Isabel (y Macías, Malabo). La lucha por los nombres es siempre una constante. Y muy anterior en cualquier caso al intento de Manuela Carmena por suprimir del callejero de Madrid las reminiscencias fascistas.

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