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Antes de que eso sucediera Verney Cameron había conseguido atravesar el continente por primera vez transversalmente, de este a oeste.54 Llegó al Atlántico desde el Índico arribando a playa morena en lo que hoy es la ciudad de Benguela, en Angola.

Todo aquel esfuerzo de los europeos por financiar exploraciones para descubrir y cartografiar el territorio estaba -naturalmente- encaminado a poder repartírselo. Lo hicieron sin demorarse mucho. En la Conferencia de Berlín.

En esa época los ingleses estaban empeñados en construir un ´imperio vertical´ que uniera El Cairo con Ciudad del Cabo. Esa pretensión, liderada sobre todo por Rhodes (de ahí el nombre de la antigua Rhodesia -después dividida y transformada en Zimbabue y Zambia-) chocó con el eje horizontal que pretendían a su vez los portugueses, impidiéndoles unir Mozambique con Angola.

Entre otras cosas Rhodes fundo De Beers, la empresa que aún hoy comercializa más de la mitad de los diamantes del mundo. Un auténtico entrepreneur.

En 2008 -parece mentira que haya pasado ya una década- tuve ocasión de entrar en una mina de De Beers en Oranjemund con un grupo de funcionarios del gobierno namibio y de la Unesco para ver los restos de un naufragio que habían encontrado removiendo las dunas de la costa a la búsqueda de diamantes. El pecio era magnífico. Fue portada de National Geographic. Eran los restos del Bom Jesus, un navío portugués hundido a mediados del siglo XVI cuando se dirigía a la India transportando una gran cantidad de monedas de oro de los reyes católicos (se recuperaron casi 2.500). Además, tropecientos colmillos de elefante, muchísimos lingotes de cobre en forma de media esfera y tres astrolabios.

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