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Simultáneamente, y en otro plano, un grupo empresarial liderado por Ricardo Salinas Pliego había comprado TV 13, un canal estatal, para convertirlo en TV Azteca. Era una operación multimillonaria dirigida a plantar cara a Televisa (a Emilio Azcárraga), uno de los grandes grupos mundiales de comunicación.

En ese contexto -que a mí se me escapa- necesitaban armar una programación de calidad que marcara la diferencia. Argos lo sabía y propone a TV Azteca producir un programa semanal de información policial. Nota roja, pero muy bien hecha. Era el año 1995 y Expediente 13/22:30, que así se llamaba, fue un gran éxito.59 El canal les pide más.

Ahí surge la idea que será el trampolín definitivo para Argos. Y un revulsivo en el mundo de las telenovelas.

Escuché una versión según la cual en aquella decisión habría participado también García Márquez, pero no puedo asegurarlo. Lo cierto es que alguien plantea producir una serie de televisión que, a diferencia de las novelas al uso, incluya en su argumento asuntos de corrupción y narcopolítica. Hay que acordarse que además de los zapatistas en marzo de 1994 habían asesinado en un mitin a Colosio -el candidato del PRI- y unos meses después llevado preso a Raúl Salinas de Gortari, el hermano del expresidente. El ambiente en México estaba convulso. El escenario era propicio.

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