Читать книгу Estrategias de coaching ejecutivo. De la práctica a la teoría онлайн

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Entrar a una relación de ce implica, muchas veces, soltar un montón de certezas, creencias, interpretaciones, mandatos, supuestos, formas, saberes, etc. ¿Por qué? Porque quien busca un coach quiere lograr algo que no está pudiendo. Si se parte del principio de “Yo ya sé todo, no necesito nada”, queda poco espacio para el aprendizaje. Esto suele pasar cuando nos contratan en una organización y el área de recursos humanos nos manda un cliente al que no le informaron que tendría sesiones, no sabe para qué sirven ni cuál es el propósito. El ejecutivo podría decir: “Yo no pedí ningún coach, no sé ni para qué estoy aquí”.

El punto de partida en todos los casos es ser claros. La relación de coaching es una relación de socios, una alianza donde trabajamos en estas incertidumbres para abrir posibilidades. Somos socios en el aprendizaje.

Empecemos a observar los estándares con los cuales se mide al cliente. Alguien puede ser experto en llevar las finanzas de una organización, pero ser principiante en trabajar con un equipo que es nuevo. No se conocen, nunca trabajaron juntos y el ejecutivo no sabe qué hacer. Esta sería una clara demostración de que hay diferentes niveles de aprendizaje en distintos dominios de la vida organizacional.

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