Читать книгу Estrategias de coaching ejecutivo. De la práctica a la teoría онлайн

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En segundo lugar nos encontramos con la gerencia media –también hemos escuchado a organizaciones que los llaman “gerentes de otros”. Preocupados por hacer cumplir las reglas, muchas veces generan procesos burocráticos innecesarios; son los encargados de que los operativos lleven a cabo los encargos, y en ocasiones se olvidan de procurar que el que opera comprenda, ejecute, colabore, aporte y cree valor. Muy metidos en el mundo de los papeles, muchas veces sienten que lo que hacen no aporta demasiado valor y sin embargo no pueden dejar de hacerlo, excusando y refrendando su quehacer en frases como “aquí las cosas son así” o “hay que cambiar a los jefes”.

La alta gerencia, o “gerentes de gerentes”, se encarga de bajar la estrategia que en ocasiones quiere imprimir la dirección –si es que está clara–, aunque muchas veces hacen lo que pueden para avanzar, de manera reactiva, intentando hacer que otros saquen adelante la operación. Es una jerarquía que se organiza verticalmente, donde las instrucciones van de arriba hacia abajo, pensando incrédulamente que lo que ellos bajan es lo mismo que los gerentes y operativos interpretan. Así, caen en la ilusión de que esta estructura opera como una verdadera máquina, bajan instrucciones que están articuladas en el nivel de conversación que ellos tienen, y se olvidan de que la operación necesita otro tipo de detalles. Por ejemplo, si un operario tiene por función poner tapitas a las botellas, escucha que la alta dirección –sin darse cuenta de que las consignas deben ser expresadas en los términos del mundo de quien las recibe– baja este tipo de instrucciones: “Tenemos que tener el 95 % de eficiencia”, ¿no sería mejor, tal vez, decirle que de 100 botellas que tapan, necesitan que 95 botellas estén listas para salir al mercado y solo cinco pueden ser rechazadas por tener la tapa mal puesta? Este es un ejemplo nada más, porque sostenemos que hoy día, una empresa que tiene el 95 % de eficiencia es muy ineficiente. Cada día que pasa, la tecnología, la velocidad y los clientes, cada vez más preparados, exigen productos mejores y más baratos.

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