Читать книгу Estrategias de coaching ejecutivo. De la práctica a la teoría онлайн

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Aunque hay una lucha entre quienes siguen buscando atesorar sus posiciones y trincheras y los modelos colaborativos que son más holocráticos, cada día más empresas buscan acelerar su ejecución y lograr que el cliente se sienta satisfecho. A veces no hacen un cambio radical, pero sí crean oficinas y espacios más orgánicos aislados de la cultura mecanicista de los equipos tradicionales, como una Dirección de Tecnología, una Fábrica de Ideas o de Innovación o un Departamento de Atención al Cliente.

En las organizaciones como organismos las personas colaboran de forma rápida y efectiva, las líneas y cajas son menos importantes, y se pone foco en la acción y la entrega de valor. Se busca tener agilidad para satisfacer al cliente, con líderes orientados a dar servicios que brinden dirección y libertad, y que operen como un catalizador, establezcan un sistema transparente para todos, con pocas reglas pero mucha alineación, de modo que cada quien aporte lo mejor de sí mismo.

Las organizaciones que se conforman como células o escuadrones logran que sus empleados se expongan a cierta cantidad de libertad e incertidumbre y a estresores propios de la realidad y de las demandas del cliente, para ayudarlos a que crezcan y se vuelvan más flexibles, para que entreguen la mayor cantidad de valor en el menor tiempo posible. Esta cultura centrada en la persona opera en ciclos rápidos de aprendizaje y decisión (sprints), habilitados por la tecnología, la cercanía y la transparencia, guiados por un fuerte propósito compartido.

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