Читать книгу Las formas del árbol. 300 años de democracia en Chile онлайн

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Como suele ocurrir con los ciclos políticos y sociales, que pueden durar décadas, cuando se produce una sincronía de prioridades de las nuevas generaciones con las anteriores, es cuando los países logran estabilizarse. En ese momento sobreviene un nuevo ciclo que también puede durar algunas décadas. No está demás observar que el estallido social de octubre de 2019 fue impulsado por un cambio demográfico y liderado por las nuevas generaciones de chilenos, las cuales empujaron a los adultos a unirse al movimiento.20 O sea, las nuevas generaciones que no vivieron en dictadura y que no tuvieron protagonismo en las tres décadas de normalización democrática (1990-2020), fueron las que empujaron a los adultos a salir a la calle a protestar.

En las sociedades donde predomina el equilibrio entre los medios y los fines, la política recobra mayor importancia que la economía en el plano institucional, generando más representatividad en el abanico de expresiones sociales. A este equilibrio ayuda la democracia, aunque no es una condición suficiente, dado que existen numerosas experiencias (incluyendo la chilena) en que los países se declaran democráticos e incluso practican la democracia, pero las desigualdades y las injusticias son endémicas. Esto porque se mantiene el desequilibrio entre los medios y los fines y entre las estructuras económicas y los objetivos políticos. Cuando las bases materiales de la sociedad están en consonancia con los desafíos del bienestar de las mayorías, con mayor acceso a los derechos sociales de educación, salud, trabajo, pensiones vivienda y esparcimiento, entre los más relevantes y junto con ello se practican los valores democráticos, los países alcanzan un equilibrio institucional que a su vez garantiza estabilidad social. Además, en este tipo de sociedades basadas en el equilibrio entre los medios y los fines es posible encontrar una mayor provisión de recursos para satisfacer necesidades que alimentan el espíritu y se traducen en bienestar y felicidad, por sobre el mero desempeño productivo. No es casualidad que en los países de mayor desarrollo humano florecen masivamente el arte, la música, la ciencia, la religión, la literatura, el deporte y diversas manifestaciones culturales y sociales. La mayor parte de estas actividades no tiene como fin el rédito económico, sino la plenitud espiritual de sus mentores.

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