Читать книгу Dimelo cantando онлайн

70 страница из 120

—Sé que no me soportas, pero es un buen momento para que tú y yo nos larguemos.

—¿Qué? —mascullo. Cuando me giro, descubro que han desaparecido.

Genial.

Mientras tanto, Alex también se aleja entre la multitud.

La experiencia me ha enseñado a no posponer las cosas importantes. Confiamos en que después tendremos tiempo para pronunciar todos los «te quiero» que callamos en su día y dar todos los abrazos que nos guardamos, cuando no es así. El tiempo se te escurre entre los dedos antes de lo que esperas. De pronto, ya no puedes volver atrás y hacer aquello que un día te prometiste que harías.

No puedo desperdiciar esta oportunidad. Y a pesar de que sé que no es una buena idea, me abro paso entre la gente para seguirlo.

Es una suerte que su estatura lo haga destacar, porque camina tan rápido que parece que intente despistarme. Avanzo entre empujones y procuro no perderlo de vista. Me conduce a unas escaleras que dan a un pasillo a oscuras. No ha mirado atrás, por lo que supongo que no sabe que estoy aquí. Subo a toda prisa y cuando llego arriba ya ha desaparecido.

Правообладателям