Читать книгу Dimelo cantando онлайн

75 страница из 120

—Creo que tengo derecho a estar molesto, Holland.

Me he pasado el último año y medio fingiendo que no existían. Claro que no esperaba que me recibiera con los brazos abiertos.

—Lo tienes —concuerdo, volviéndome hacia él—. Pero eso no significa que puedas hablarme mal.

—No pretendía hablarte mal.

Nuestras miradas se encuentran y veo que es sincero. Si bien dudo, al final me acerco y vuelvo a apoyarme en la valla junto a él. Intento ponerme en su lugar. Esto no es fácil para mí, y seguramente para Alex tampoco lo sea.

Guardamos silencio durante unos instantes, hasta que dice:

—Finn me contó que estudias aquí. Bellas Artes.

—Supongo que es mejor tarde que nunca. —Fuerzo una sonrisa, aunque se asemeja mucho más a una mueca.

—Pensaba que seguirías en Mánchester hasta que terminaras la carrera de Derecho.

—La abandoné. Es una larga historia.

—¿Vuelves a tener prisa o es que simplemente no quieres contármela?

Ahora usa un tono más suave, como si no quisiera que volviera a sentirme atacada.

—No —respondo, sin romper el contacto visual—. Ninguna de las dos.

Правообладателям