Читать книгу Sexualidad y violencia. Una mirada desde el psicoanálisis онлайн

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Pero sobrevivir al maltrato no es, sin embargo, una garantía de cara al futuro.

Se podría afirmar con total seguridad que, prácticamente, todas las mujeres responderían negativamente a la pregunta de si disfrutan —o disfrutarían— siendo maltratadas, y sin embargo, un buen porcentaje de ellas viven cotidianamente la agresividad y la violencia en diversos grados sin reaccionar, lo que muestra las paradojas que a veces existen en los lazos amorosos. Es una realidad comprobada que, en determinados casos, una relación amorosa entre un hombre y una mujer se sostiene en base a una tensión agresiva que no excluye cierto grado de violencia física, a veces recíproca. Si bien estas situaciones deben ser abordadas una por una, no siempre este modo violento de amarse estaría incluido en el campo de las perversiones.

¿Cuántas mujeres maltratadas por sus parejas, exparejas, o por hombres con quienes han tenido un encuentro ocasional se atreven a denunciarlos? Y aun así, ¿cuántas de ellas sostienen la denuncia ante los magistrados de los Juzgados de Violencia? ¿Y cuántas retiran la denuncia antes de ser siquiera citadas por estos Juzgados?

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